Supiste abrir la puerta ,sin llave alguna, en el momento más indicado y te lo agradezco porque me estaba ahogando. Tuviste el valor de desafiar una batalla que no te pertenecía y sin escudo aparente. Cosiste todas tus ganas de vivir a este viejo trapo (con tal delicadeza que aún no he llegado a entender qué he hecho para merecerte). Me llenaste los bolsillos de alegría y te fuiste por la puerta de atrás esperando que yo estuviera preparada para enfrentarme al mundo. (Ahora, estoy llena completamente). Siento discurrir la magia -que estuviste recogiendo con tanto esmero durante 4 meses- en todos los poros que bailan ,nuevamente, por mi cuerpo. Y aún, me atraviesa la complicidad por tus ojos impuesta . Dentro de poco, se atrofiarán mis piernas al no darles uso porque soy capaz de volar si tú abres mis las alas con esa dulzura que derrochas cada vez que te abrazas a mí. Ahora sé que las puertas del cielo quedan abiertas para mi pues , tú las abrirás. Solo tú.
No sabría, no podría , no sería capaz de afrontar este camino si supiera que tú no estarás para abrirme las ventanas por las mañanas y acompañarme en mis mejores/peores noches. Y, por increíble que parezca en este contexto, el miedo es ahora el fluido protagonista que engrasa los motores que has encendido absorbiéndome de esta manera tan fuerte .Tanto es así que, me siento frágil , frágil cada vez que te veo de espaldas, frágil si me da esa sensación que sube por el estómago y me patea las tripas cuando pienso que puede que algún día no vuelvas.
Y ,me siento grande cada vez que me estrujas el corazón porque sé que nunca nadie podría hacerlo de esa manera sino eres tú. Tú llenas mis venas de oxígeno, tú me llenas de vida…
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